Pero es en este punto en el que no coincidimos.
El martes fui al juego de Caracas F.C. contra el Cuenta de Ecuador. Desde el principio tenía emoción por el juego y no sabía por qué.
En el trayecto se sentía una emoción reprimida por un equipo que no todos conocen y se merece la atención de todos. El camino en metro fue verdaderamente corto pero lleno de comentarios viables en la antesala del mejor partido que he visto en mi vida.
El llegar y el empezar fue solamente eso. Un principio. Lo que vino después fue futbol del bueno y del que se puede dar aquí. No pretendo comparar al Caracas F.C. con clubes como los de Europa. Pero todo tiene un inicio. Eso es lo importante.
Mi post va en pro de indagar el por qué se adora a una selección nacional que la calidad que tiene es menor al ego de sus jugadores. Vinotinto es un equipo? puede ser, pero no se comportan como tal. Al menos no juegan con la emoción que nos merecemos los venezolanos. El Caracas F.C. si lo hizo y no tengo miedo ni pena de admitirlo: para mí la vinotinto debería ser sustituida. A lo mejor por el Caracas F.C. o a lo mejor por el equipo del Táchira (que no coloco su nombre original aquí porque no quiero ensuciar mi post jajajajaja), pero el hecho es que a veces podemos ser fanáticos de lo nuevo y de lo que está de moda. Esto está mal.
Para mi la vinotinto no se merece lágrimas ni letras mayúsculas. Han llegado a ser motivo de amargura para momentos en los que no hace falta. El Caracas F.C. me levantó los animos y todo junto a una fanaticada que (creo) buscaba lo mismo que yo. Un equipo de futbol en el cual depositar confianza y gritos de emoción. La encontramos, y estoy seguro de que para el próximo partido nos volveremos a ver. Entre demonios rojos.
